Ya en 1942, con la movilización total de todo adulto soviético, el Ejército Rojo necesita con urgencia una mayor cantidad de subfusiles. Es entonces cuando se estandariza la producción y se montan talleres por todo el territorio ruso.
Debido a esto, la eficacia de la producción se incrementa notablemente, llegándose a producir en un solo día más de 3000 subfusiles.